12 noviembre 2007

CONSECUENCIAS DE UN ERROR


Entró un joven a una tienda con el propósito de comprar un regalo para su novia y después de tanto observar se decidió por un par de guantes. En eso entró una señora y compró un par de calzones.

La empleada, debido a estar hablando por el celular al momento de atenderlos, confundió los paquetes, dando los guantes a la señora y los calzones al joven.

Enseguida el joven metió en el paquete de regalo una nota dirigida a la novia que rezaba de la siguiente manera:

“Amada mía… te envío este regalo por que se la falta que te hacen, pues son el reemplazo de los que te rompí el otro día por torpeza mía, por no quitártelos con cuidado. ¿Te acuerdas? Perdona lo ordinario de la marca, pero era la mejor que había. Para garantizármelos, la empleada me mostró los de ella, asegurándome que desde que los compró, hace mas de ocho meses, no los había lavado ni una sola vez, espero que a ti te pase lo mismo.

Te pido como recompensa única, que te los pongas esta misma noche para ver como te quedan y saber si te gustan o no. Aunque yo estoy seguro que te van a gustar porque te van a quedar ajustaditos. Por favor no te los quites en la calle, ni en el parque, porque se te pueden perder, o debido al frió que hace puede rajarse la piel que tanto quiero acariciar. Además quiero darte muchos besos en la piel sedosa que ellos guardarán.

Quien tanto te ama y desea vértelos puestos:

Fulanito de Tal…

P.D.
Dile a tu mamá que me muestre los de ella para regalarle otros, mañana le tomaré la medida cuando llegue, pues los que tiene ya están viejitos. Pude darme cuenta de esto el otro día que se los quitó dentro de mi coche, cuando prendí la calefacción porque hacía mucho frío.”

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